Esta mañana, mientras desayunaba, me encontré con un video en YouTube. Era un video en el que hablaban de arte, y como es uno de mis temas favoritos, quedé enganchada de inmediato. Me gustó mucho la forma en que abordaban el tema; siempre me ha fascinado escuchar a los demás hablar de las cosas que les apasionan.
Sin embargo, hubo una expresión que llamó mi atención: muchas personas creen que la Mona Lisa es famosa únicamente porque en algún momento fue robada.
Se preguntarán ustedes: ¿es esto verdad?
Pues, si bien es cierto que el robo de la pintura contribuyó enormemente a su popularidad (digamos que la "viralizó"), la Mona Lisa ya era famosa desde antes. A finales del siglo XIX y principios del XX, ya se consideraba una de las pinturas más importantes del mundo y, precisamente por su prestigio, Vincenzo Peruggia decidió robarla.
Y todo este éxito e interés se debe, en gran parte, a la técnica que utilizó Leonardo da Vinci al pintarla. Aplicó el sfumato, un método que difumina los bordes y las transiciones de color para lograr una apariencia más realista y suave. Además, incorporó un profundo conocimiento de anatomía y óptica, lo que le permitió crear una expresión ambigua que ha fascinado a generaciones (aún hoy seguimos hablando de ello).
En aquella época, la mayoría de las pinturas tenían contornos muy marcados. Aunque Da Vinci no inventó el sfumato, lo perfeccionó hasta un nivel que ningún artista antes de él había logrado. Su aplicación en la Mona Lisa es una de las razones por las que esta obra es tan famosa. También hay otros factores, como el misterio sobre la identidad de la modelo, su relación con el Renacimiento y el propio prestigio de Da Vinci.
Todo esto, sumado a su historia, ha convertido a la Mona Lisa en una de las pinturas más icónicas de la historia del arte. Hace unos años, cuando la vi por primera (y única) vez, no tenía idea de toda esta información, y me hubiese gustado entenderlo. Entender que esto sucede con muchas obras: hay múltiples razones por las que una pieza se vuelve icónica. Descubrir todos estos aspectos (¿Por qué el mundo considera esto arte?), junto con nuestras propias razones (¿Por qué yo considero esto arte?), y debatir sobre ello es parte del encanto de disfrutar del arte.